De qué forma impacta el estrés en personas con dolor crónico
El dolor es una señal del sistema nervioso de que algo puede estar mal. Es una sensación desagradable, como un pinchazo, hormigueo, picadura, ardor o molestia que, puede ser agudo o sordo.
Puede sentir dolor en un área o en todas partes del cuerpo y existen dos tipos: agudo y crónico.
El dolor crónico en la sociedad actual, es una condición de salud compleja que afecta a millones de personas en todo el mundo. El tratamiento del dolor suele requerir de un enfoque multidisciplinario, integrando tanto el manejo físico del dolor como las intervenciones psicológicas.
Para rematar la ecuación, el estrés es un factor significativo que puede intensificar la percepción del dolor y afectar el bienestar general de los pacientes.
La forma de actuar que tiene el estrés puede intensificar el dolor crónico de varias maneras: por un lado, el estrés agudo y crónico puede alterar la percepción del dolor al modificar el procesamiento neurológico en el cerebro, es decir el estrés puede aumentar la sensibilidad al dolor y reducir la capacidad de las personas para manejar el dolor de manera efectiva (Eccleston y Crombez, 2007). Por otro lado, el estrés puede influir en la liberación de neurotransmisores y hormonas, como el cortisol, que están involucrados en la modulación del dolor (Melzack y Wall, 1965).
Investigaciones más relevantes:
1. Un estudio de Sánchez et al. (2018) mostró que los pacientes con fibromialgia experimentan una mayor severidad del dolor en contextos de estrés elevado, lo que sugiere la necesidad de abordar el estrés en el tratamiento de esta condición.
2. Un estudio de Goubert et al. (2004) encontró que el estrés puede aumentar la activación de áreas cerebrales asociadas con la percepción y la emoción del dolor, contribuyendo a una mayor intensidad del dolor experimentado.
3. En un estudio realizado por Vlaeyen y Linton (2000), se observó que el estrés y la ansiedad están fuertemente relacionados con una mayor incapacidad funcional en pacientes con dolor crónico. Los autores sugieren que el estrés puede incrementar el riesgo de desarrollar trastornos asociados al dolor crónico y disminuir la eficacia de los tratamientos convencionales.
4. Un estudio reciente de García et al. (2020) encontró que las intervenciones psicológicas como la terapia cognitivo-conductual (TCC) y la meditación pueden ser efectivas para reducir el impacto del estrés en el dolor crónico. Estos enfoques ayudan a los pacientes a manejar mejor su estrés y, por ende, a mejorar su percepción del dolor.
Cómo ayuda la Terapia Congnitivo-Conductual
La forma que tenemos de ayudar a estas personas en consulta psicológica, es trabajar con ellas desde la TERAPIA COGNITIVO-CONDUCTUAL (TTC.) Esta terapia es una de las intervenciones psicológicas más estudiadas y efectivas para el manejo del dolor crónico, ya que ayuda a los pacientes a identificar y modificar pensamientos disfuncionales que pueden aumentar la percepción del dolor y el estrés asociado.
Según Keefe et al. (2004), la TCC puede reducir significativamente el dolor y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Además la práctica de mindfulness y la meditación han mostrado beneficios en el manejo del dolor crónico y el estrés. Estos métodos enseñan a los pacientes a centrarse en el presente y a reducir la reactividad emocional al dolor. Y el entrenamiento en técnicas de relajación pueden ayudar a reducir el estrés y la tensión muscular asociada con el dolor crónico.
Un estudio de Jacobson (1938) demostró que la relajación progresiva puede ser efectiva en la reducción del dolor y el estrés, al disminuir la actividad del sistema nervioso simpático.
Conclusión
El impacto del estrés en el dolor crónico es bastante significativo, intensificando los síntomas y complicando el manejo del dolor. Las intervenciones psicológicas, como la terapia cognitivo-conductual, ofrecen estrategias efectivas para reducir el impacto del estrés y mejorar el bienestar de los pacientes. Si te encuentras en esta situación o conoces a alguien que pueda estar pasando por esto no dudes en pedir una consulta con nosotros, estaremos encantados de atenderte.
Referencias
- Eccleston, C., & Crombez, G. (2007). *Pain and Stress*. Cambridge University Press.
- García, I., Fernández, J., & Martínez, A. (2020). «Eficacia de la terapia cognitivo-conductual y la meditación en el manejo del dolor crónico». *Revista de Psicología Clínica*, 36(1), 23-34.
- Goubert, L., Crombez, G., & Van Damme, S. (2004). «The role of stress in the perception of pain». *Journal of Pain Research*, 1(1), 59-65.
- Jacobson, E. (1938). *Progressive Relaxation*. University of Chicago Press.
- Keefe, F. J., Barron, J. L., & Huling, A. L. (2004). «Cognitive-behavioral therapy for chronic pain». *Behavior Therapy*, 35(3), 583-595.
- Kabat-Zinn, J., Lipworth, L., & Burney, R. (1992). «The clinical use of mindfulness meditation for the treatment of chronic pain». *Journal of Behavioral Medicine*, 15(4), 263-280.
- Melzack, R., & Wall, P. D. (1965). «Pain mechanisms: A new theory». *Science*, 150(3699), 971-979.
- Sánchez, M., López, A., & Pérez, R. (2018). «El impacto del estrés en la fibromialgia: Un estudio en pacientes españoles». *Revista de Dolor y Cuidados Paliativos*, 14(2), 90-101.
- Vlaeyen, J. W. S., & Linton, S. J. (2000). «Fear-avoidance and its consequences in chronic musculoskeletal pain: A state of the art». *Pain*, 85(3), 317-332.
https://www.aacademica.org/000-012/689.pdf
https://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S1130-52742011000100003&script=sci_arttext

Natalia Avellaneda
Psicóloga Sanitaria (Col. M-18157) y Psicooncóloga. Área de Psicooncología, enfermedades, dolor crónico y cuidados paliativos del Centro Sanitario ESTUPENDAmente! en El Puerto de Santa María (Cádiz).