Positivismo tóxico ¿Puede el exceso de positivismo ser negativo?

A través de este artículo introduciremos el concepto del “positivismo tóxico”, es decir, cómo el exceso de positivismo puede distorsionar las expectativas de las personas, generando, paradójicamente, insatisfacción y malestar.

La paradoja de Stockdale

En 1965, el avión donde viajaba James Stockdale, vicealmirante del ejército americano, fue derribado en Vietnam. Los 8 siguientes años los pasó entre cámaras de tortura y celdas de aislamiento. Sin embargo, durante algunos períodos, estuvo en celdas comunes. Fue entonces cuando creó sistemas de organización y resistencia entre los soldados estadounidenses presos, que ayudaron a mantener la energía en esos difíciles momentos. Stockdale observó un efecto curioso y es que los prisioneros más optimistas eran los primeros en morir en Vietnam. Aquellos que no paraban de repetir “tranquilos, saldremos de aquí, ánimo, en Navidad ya estaremos en casa”. Entonces llegaban las Navidades y no eran rescatados. Esto hacía que su previsión saltara a otra fecha. Pero tampoco se cumplía. Y llegaban otras Navidades. Hasta que definitivamente el prisionero se rendía al descubrir que sus previsiones se incumplían sistemáticamente. A este efecto, el escritor Jim Collins lo llamó «La paradoja de Stockdale».

¿Puede el positivismo tóxico tener un efecto negativo?

Claramente sí. “Todo saldrá bien”, “Es una oportunidad”, “Saldremos de esta”… son algunos de los mensajes alentadores que inundan las pantallas de nuestros dispositivos móviles. Cabe decir que todos estos mensajes nacen del deseo de ayudar, animar, y hacer más llevadera cualquiera que sea la situación en la que estemos. El problema es que, cuando la situación se alarga, y el mensaje se queda en mensaje, se produce el efecto contrario, y en muchas ocasiones el positivismo y el exceso de ánimo (tóxico) puede provocar rechazo e incluso respuestas de ira.

La diferencia entre el positivismo tóxico y el positivismo realista tiene que ver con la intención de actuar. En el primero, pareciese que el simple hecho de repetir esas premisas positivas podría solucionar el problema. El segundo, por el contrario, posee un punto de partida completamente diferente: la aceptación y el compromiso. Aceptar que esta situación es dura y pesada, y comprometerme a hacer de ella algo productivo.

En esta segunda opción, existe el compromiso de actuar, de transformar, de crear, más allá de la mera espera tóxica.

¿Cómo sé si estoy sufriendo positivismo tóxico?

  • No planifico: sería como apostar todo a una única mano, sin ser conscientes de que podemos perder. No nos protegeríamos.
  • Planteo expectativas irreales: podríamos llegar a sentirnos como los compañeros de celda de James Stockdale, hasta que de tanto esperar lo que no llega, nos invada la frustración.
  • Desarrollo atención selectiva: interpretaríamos las señales de alarma como confirmaciones de que todo saldrá bien. Acabaríamos ignorando los problemas.

¿Cómo puedo desarrollar un optimismo realista?

  • Acepto la realidad (sin dejar que la realidad me absorba): que puede que estemos atravesando una situación pesada y dura, es una realidad que no debe de absorbernos. Por el contrario, debemos mirarla sin miedo, o incluso aceptando el miedo. Aceptar no es Resignarnos. Aunque ambas palabras puedan parecer hermanas, podría decirse que la Aceptación es la hermana SANA de la Resignación. La resignación bloquea, y la aceptación activa.
  • Actúo: planifico mi tiempo, planteo mis actividades, positivizo todo lo que pueda esta situación temporal.
  • Soy realista con mis expectativas: Ser realista a la hora de plantear mis expectativas evitará que fracase.

El equilibrio está en practicar un optimismo moderado que no nos desvincule de la realidad, y cuando leamos frases del tipo “todo saldrá bien”, practicar la responsabilidad con uno/a mismo/a cambiando esa premisa por un “yo puedo hacer que algo salga bien”, o “esto es una oportunidad” por “tengo la oportunidad de hacer algo con esto”.

James Stockdale regresó a casa como héroe de guerra y fue candidato a la vicepresidencia de los EE. UU. en 1992.

Referencias:

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Sebastián Villanueva

Director del Centro Sanitario ESTUPENDAmente! en El Puerto de Santa María (Cádiz). Psicólogo Sanitario (Col. M-33875). Responsable del Área de Psicología Afirmativa y Diversidad LGBTIQ+.